jueves, 25 de junio de 2009

Diagnóstico.

Columna de Ángel de la Fuente en El Periódico de Catalunya.


La economía española presenta dos desequilibrios que complican mucho nuestra situación. El primero es un elevadísimo déficit por cuenta corriente, que se sitúa en torno al 10% del PIB. La enorme diferencia entre lo que compramos y lo que vendemos fuera ha de financiarse con capital extranjero, lo que resulta cada vez más difícil y nos deja en una situación muy vulnerable en el contexto actual.
El segundo es la hipertrofia del ladrillo. En 1995 el sector de la construcción representaba un 6,9% del PIB y un 9,5% del empleo español. En 2007, estas cifras se habían elevado en un 50% hasta alcanzar el 11% del PIB y el 13,9% del empleo, lo que supone en torno a 2,7 millones de puestos de trabajo a los que habría que añadir un buen pico en otros sectores muy dependientes de la venta de viviendas.
Simplificando mucho, una parte importante de nuestro problema actual es que tenemos a 1 millón o 1,5 millones de personas produciendo cosas invendibles. El reto consiste en trasvasarlas a otras actividades que puedan ser viables a largo plazo: en que dejen de hacer casas y muebles de cocina que el mercado no puede absorber y empiecen a producir bienes y servicios de mayor valor añadido que podamos vender fuera a precios competitivos.
Casi nadie niega ya que en la situación actual es necesaria una política fiscal expansiva que ayude a sostener la demanda y el empleo. El Gobierno ha tomado medidas urgentes en esta dirección, entre las que destaca un fuerte incremento de la inversión pública que se canalizará en buena medida a través de los ayuntamientos. El impacto de estas medidas será seguramente positivo pero, puestos a gastarnos muchos miles de millones luchando contra la crisis, conviene no perder de vista el diagnóstico que acabo de esbozar. Si nos gastamos toda la pólvora en poner a la gente a hacer zanjas, dentro de un par de años seguiremos teniendo los mismos problemas de fondo y una situación fiscal mucho peor.
Hoy por hoy, un aumento del gasto público es sin duda necesario pero, para que sea efectivo a largo plazo, debe ser parte integral de una estrategia bien pensada para avanzar hacia una economía más competitiva.

Desalojar en la Moncloa


Iñaki Ezkerra en El Correo.

En La Moncloa han debido de tener un serio problema con los retretes porque se han gastado en sanitarios 200.000 euros del erario público. El misterio nos remite a los tiempos de Boyer, de aquella casa que inauguró con la Preysler y que se acabó llamando Villa Meona gracias a la sobreabundancia de cuartos de baño. El misterio nos remite al caso similar de la casa que Vera le compró a su suegro. Éstos del PSOE en cuanto pillan poder no quieren coches caros ni Carlas Brunis. Quieren váteres y no reparan en gastos. No es que uno piense que en esta pasión desenfrenada por los mingitorios hay un rasgo ideológico sino más bien que se trata de un generalizado atavismo nacional. Yo creo que el español no se siente rico, no se siente poderoso, no se siente importante hasta que no tiene cuarenta váteres en su domicilio. En este país hasta que no te salen los váteres por las orejas no eres nadie. El váter es la única memoria histórica que guardamos de nuestra pobreza, de nuestro pasado rural, de la era del cagajón en el pajar o en el campo. El verdadero salto económico, social y cultural que ha dado España en los últimos años es el retrete. Se habla hoy mucho de que hemos vivido del ladrillo, pero no se habla del azulejo, la baldosa y la cisterna que desconocen los efectos de la crisis. A los fontaneros no les está afectando el marrón económico y es lógico a poco que se piense porque al factor nacional de nuestro culto atávico al váter se añade el del miedo internacional a la quiebra del sistema financiero. En unos momentos de canguelo global como éstos hay mucha gente a la que le entra pirrilera. El de los cementerios y el de los retretes son negocios que no decrecen jamás. Cuanto peor andan las cosas económicamente más aumenta la demanda.

En tiempos de crisis se prescinde de lo superfluo pero el arte de palmarla y el de despacharse son necesidades básicas. En un momento político tan “cisterniense” como éste no es raro que en el Palacio Presidencial alguno tenga cagalera y que se atasquen los desagües. Del famoso lema de “desalojar la Moncloa” habríamos pasado al de “desalojar en La Moncloa”. Por otra parte, si nuestra cultura ha llegado al ordenador personal nada tiene de extraño que un presidente de izquierdas se convierta en el pionero de la socialización del mingitorio unipersonal. Este es el paradigma de Zapatero después del reparto de los 400 euros. Y quizá ha llegado el momento de dejar aquí este asunto porque ya se sabe que la mierda cuanto más se revuelve es peor y nunca mejor dicho.

martes, 23 de junio de 2009

domingo, 21 de junio de 2009

El Tripartit nos salió rana.

Tirar piedras al río

El Govern vol prohibir, en el marc del projecte de llei d'ordenació sostenible de la pesca continental que ha començat a debatre's al Parlament, "picar sobre les aigües" i "llençar-hi pedres" perquè els peixos no s'espantin. L'article 33, en efecte, exposa les accions "no autoritzades" per a la pesca recreativa i prohibeix expressament "picar sobre les aigües, llençar-hi pedres i espantar per qualsevol procediment als peixos per tal d'obligar-los a fugir en una direcció adient per a la seva captura".


EJEMPLOS DE DELITO.


sábado, 13 de junio de 2009