jueves, 23 de julio de 2009

El PP de Sant Pere de Ribes no se opone a crear "un Estado propio" para Catalunya.


Noticia publicada en vozbcn.com


El PP y el PSC de San Pedro de Ribas (Barcelona) se abstuvieron el pasado 17 de febrero en la votación de una moción presentada por ERC en la que se proponía la ‘internacionalización del derecho a decidir tener un Estado propio del pueblo catalán‘ y se denunciaba un ‘histórico y persistente expolio fiscal‘ contra Cataluña.

La moción, similar a la apoyada por el PSC en Bellpuig, se quejaba de la ‘falta de soberanía con la que el Estado Español ha dotado a las autonomías’ y de ‘los constantes y sistemáticos recortes de nuestras competencias de autogobierno y los reiterados ataques contra nuestra lengua y cultura, [que] ponen en peligro nuestra misma superviviencia como nación‘.

El texto señalaba que ‘ha llegado el momento que los catalanes y catalanas decidamos nuestro futuro’ y añadía que ‘es el momento de apostar con decisión para convertirse una nación soberana plenamente reconocida en el contexto internacional y poder desplegar todas nuestras capacidades colectivas’.

La moción se circunscribía en una campaña de apoyo a la manifestación independentista ‘Diez mil en Bruselas por la Autodeterminación’ celebrada el pasado 7 de marzo ‘bajo el grito ¡Queremos el Estado propio!‘.

Una huella en la arena.



El desafío del NO nacionalismo es dejar una huella en la arena. casi todas las huellas son borradas por el mar, pero algunas perduran.

Magdalena Álvarez, la incompetencia al descubierto.

Menos raza.

miércoles, 22 de julio de 2009

Pau gasol

Un culé no nacionalista que nos represnta a las mil maravillas por todo el mundo.

Alves quiere aprender catalán


Entrevista en el Sport



Apenas lleva dos meses en Barcelona, pero ya siente y piensa como un catalán más. Alves se ha adaptado muy rápidamente a su nueva vida en la Ciudad Condal. Nada más llegar, su principal preocupación personal fue encontrar la vivienda en la que instalarse con su familia y sus dos hijos, un niño de dos años nacido en Brasil y la pequeña de nueve meses que nació en Sevilla. Primero barajó la posibilidad de irse a vivir cerca de la playa, en la zona de Castelldefels o Sitges, pero finalmente decidió que vivir en la ciudad, lo más cerca posible del Camp Nou y del colegio y la guardería de sus hijos, le ayudaría a integrarse más rápidamente. En consecuencia, ha fijado su residencia en la zona alta de la ciudad, cerca del Camp Nou y de la Ciutat Esportiva y ya siente Barcelona como propia. Por su carácter alegre y abierto, no ha tenido problemas de adaptación. Ya entiende perfectamente el catalán y estos días anda buscando un profesor para estudiar y perfeccionar el uso de la lengua catalana. La próxima semana empezará clases particulares en sus ratos libres, de la misma forma que hizo a su llegada a Sevilla, entonces con un profesor de castellano.

En Barcelona ha encontrado una nueva afición, la cultura del vino. Se ha interesado especialmente en todo lo referente al cultivo y a los secretos de los mejores caldos, que sin duda habrá degustado los días que ha salido a comer con Thierry Henry. El francés, su compatriota Sylvinho, Xavi, Iniesta y Pinto son los primeros y mejores amigos que ha hecho en el vestuario, aunque mantiene una gran relación con todos sus compañeros, así como con el entrenador, con el que habla contínuamente para avanzar en la adaptación al rol que se le pide que desempeñe en el equipo. No hay que olvidar que Guardiola hace mucho hincapié en la importancia del juego colectivo, posicional y táctico, a diferencia de lo que le pedían en el Sevilla, en donde tenía más libertad de movimientos. Alves ya declaró recientemente que no sería el mismo de su etapa en el club andaluz, pero se ha esforzado en entender a Guardiola y en asumir su nuevo papel. Quizás por eso, últimamente los que le conocen han notado que está más feliz que de costumbre. Y es que el defensa brasileño considera que está creciendo como jugador de acuerdo con lo que Guardiola pide de él y que el sistema y los métodos del entrenador blaugrana le ayudarán a mejorar facetas de su juego, a hacerse mejor futbolista, en definitiva.

Futbolista ambicioso y de mentalidad ganadora, se convence día a día de que el Barça está en el camino correcto para conquistar los títulos que ha venido a buscar en el Camp Nou. Le faltan la Liga y la Champions y dará todo lo que tiene para lograrlo. De momento, se dan todas las condiciones personales y futbolísticas para que Alves trabaje con la moral y la tranquilidad que todo deportista requiere.


Que sepas Alves que los culés también sabemos castellano.

Loquillo


El cantante habla sobre el Barça en el chat de El Mundo.

"Hace tres años que no voy a un partido. Creo que un equipo de fútbol representa a sus socios. El viraje independentista de Laporta no me interesa lo más mínimo. Se olvida de que hay muchos socios y peñas del Barça en todo el país. Y que muchas veces hay cosas que el señor Laporta dice, que están fuera de ser un presidente de una entidad como el Barcelona. Si quiere hacer política, que se dedique a la política. Franco murió hace 33 años. Y afortunadamente las ideas políticas se expresan en los partidos y en las instituciones. El Barça ya no es el lugar donde se expresan ideas políticas, ese tiempo ya pasó. Hablemos de deporte. Hablemos de fútbol".

Antiracismo


El Barça se ha comprometido a incluir en los nuevos contratos claúsulas, antiracistas y antidiscriminación. Un gran gesto por parte del FC Barcelona comprometer a los nuevos jugadores y patrocinadores en lo que debería ser el pan nuestro de cada día. Esperemos que se vayan sumando más clubs y los indeseables que rodean el mundo del fútbol no se vean legitimados por los profesionales.

jueves, 16 de julio de 2009

Sergio B.

Sergio B, más conocido como Busquets. Gran jugador nacido en Sabadell...No le llameis Sergi.

Laporta contra España

¿Dónde está Catalunya?

Según Laporta, profesor en geografía.

Xavi

Maneras


Sabino Méndez en La Razón.

Puede que lo que sucede en el País Vasco sea –como casi todo en los humanos– un asunto de maneras. Que toda una generación y sus mayores estén quemados ya por los muertos, los rencores, los crímenes y las indignidades de los amigos. Que tanta mitología y leyenda de pueblos imaginarios los haya incapacitado para pilotar cualquier tipo de transformación de valores de su sociedad.

¿Se puede desaprender lo aprendido? Porque sería una ordinariez pensar que el olvido depende de los propios humanos si nunca hemos podido decidir al irnos a dormir que mañana nos levantaríamos amnésicos y, luego, al despertar al día siguiente no saber quienes imaginamos que somos. Quizá, por tanto, los de antes no sirvan. Ni los que fueron educados por los de antes. Esa transformación puede hacerla una nueva generación que entienda que lo que ha decantado esa situación indigna ha sido la tozudez de los parientes, familiares y simpatizantes de las víctimas que entonaron el «no nos moverán» y acabaron agotando con sus buenas maneras las excusas de los asesinos. Todo lo demás es música de flauta. No se trata de que tengan que existir vencedores y vencidos. Tampoco de que tengan que pedir perdón u otras inutilidades los asesinos porque ya me dirás tú si no es doblemente más macabro y repugnante que te pidan perdón después de pegarte un tiro en la cabeza. Hay unos valores morales que están ganando (los de los víctimas) y otros que ya han perdido (los de los asesinos y sus, aún más irritantes intelectualmente, justificadores). No se podía imponer la voluntad de unos pocos con la violencia. Hay que gobernar contando con todos.

Bienvenidos a ese descubrimiento aunque sea con treinta años de retraso. Bienvenidos a Stuart Mill. Bienvenidos a la democracia.

Zetaparo, acorralado

El Gobierno ante la crisis.

Símbolo de convivencia.


Un artículo de Elvira Lindo:

En mi vida he llevado una bandera en la solapa; por supuesto, no se me ha ocurrido colocarla en ningún lugar de mi casa, ni he sentido orgullo cuando la he visto izar en un acto oficial. Parte del año vivo en un país, Estados Unidos, en el que la bandera está omnipresente: en casas particulares, en restaurantes, en jerséis, en miles de souvenirs, en abriguitos de perro, en abrigitos de niño. Siempre he entendido este abuso como un signo del exagerado nacionalismo americano mezclado con una incurable excentricidad. Aunque nadie señala a nadie por vestir la bandera. A muchos americanos puede parecerles hortera ese exhibicionismo pero pasan de él de la misma manera que miran sin mirar al individuo que se pasea por Broadway con una serpiente enroscada al cuello. Respeto máximo a las extravagancias ajenas. Aquí, desde luego, distamos mucho de ser así. Estamos acostumbrados a ejercer nuestro juicio crítico (o criticón) a cada momento, y cuando vemos que un ciudadano luce la bandera española, aqunque sea en un objeto tan discreto como el llavero, inmediatamente creemos saber de qué pie cojea. La bandera española no tiene una imagen normalizada en nuestro país, y creo que los que dificultan esa normalización son los que, por un lado, la exhiben de forma amenazante, y por otro, los que la detestan. Vivimos en un país democrático y, por tanto, ambas posturas son respetables, pero creo que el nivel de crispación innecesario que provoca la bandera descendería si fuéramos capaces de entenderla como lo que es, el símbolo de una comunidad de ciudadanos, es decir, un símbolo de convivencia. De la misma manera que la presencia de la banderaza roja y amarilla en la plaza de Colón me parece invasiva y antiestética, no he entendido tampoco los problemas que ciertos políticos nacionalistas tenían en hablar con la bandera de España a sus espaldas cuando estaban en alguna institución española en el extranjero; me parecía desleal con el estado que les ampara.
Creo que la gran lección de normalidad con respecto a la bandera española la han dado nuestros deportistas y sus seguidores, gente en su gran mayoría muy joven. El triunfo de la selección española de fútbol en la Eurocopa fue una experiencia definitiva. Se trataba de un juego y de una celebración. Es cierto que hay espíritus simples que sienten que su espítitu patriótico se enciende en esas ocasiones pero, en general, se trató de la alegría que provoca el triunfo en una competición (y lo digo yo, que también me siento lejos de las alegrías colectivas).
Treinta años después del fin de la dictadura me gustaría que la bandera española se viviera como un símbolo democrático, nada más que eso. Para mí es suficiente. No hace falta que esos dos colores contengan un sentido "identitario", ni cultural, ni tan siquiera histórico, sino que sean el síntoma de que en nuestro país, personas de muy distinto signo, patrióticas o no, pueden convivir civilizadamente.

jueves, 9 de julio de 2009

lunes, 6 de julio de 2009

Entrevista a José Manuel García Bravo

Un padre denuncia al Síndic de Greuges la falta de libros de texto en castellano en Cataluña


Supuestamente está escolarizado en su lengua materna, el castellano, aunque acude a una clase en la que el profesor habla catalán. Su padre sólo ha conseguido que, tras la lección, el niño reciba una atención personalizada en castellano, un pequeño resumen de lo que antes se ha explicado al conjunto y que el pequeño tampoco ha podido seguir en un libro de texto en castellano. Porque ese manual no existe. Y ahí empieza una nueva odisea para el padre, que decidió pedir amparo al Síndic de Greuges, Rafael Ribó. Pero no lo ha conseguido.
Según el Síndic, en Cataluña, un padre puede conseguir que su hijo reciba la educación en castellano hasta los ocho años si ésta es su lengua materna, pero no hay una ley o normativa que pueda garantizarle los libros de texto en versión castellana que utiliza el resto de la clase, con lo que tampoco se puede obligar a la Generalitat a que los comercialice.
Esta es la respuesta del Síndic a Eduardo L., un padre de Barcelona, cuyo hijo acude a una escuela concertada de la ciudad donde las clases se imparten en catalán. Y, aunque ha logrado que su hijo reciba un trato personalizado en castellano, no tiene libros en este idioma compatibles con los del resto de la clase.
Tras una cruzada contra la Generalitat que ha durado más de un año, el Defensor del Pueblo catalán le remitió una carta, el 30 de octubre de 2008, en la que afirma que, aunque el catalán es la lengua vehicular de la enseñanza, y aún existiendo el derecho de los alumnos a recibir la primera enseñanza en su lengua habitual -que marca la Ley 1/1998, de 7 de enero, de política lingüística- la normativa «no establece los medios para hacerla efectiva (como obligar a las editoriales a disponer de una traducción al castellano del material didáctico) y por tanto el hecho de concretarlos forma parte de la discrecionalidad reservada a la Administración, sin que se le pueda imponer una manera determinada de hacerlo». Dicho esto, anuncia que no existe una actuación «irregular» y concluye su intervención.
Eduardo tiene tres hijos. Uno de ellos comenzó a estudiar primero de Primaria en 2007 en un colegio de Barcelona, cuyo nombre prefiere proteger «porque la dirección está haciendo muchos esfuerzos por mis hijos». Debido a la edad del niño, la ley le permite recibir las clases en su lengua materna -en su caso, el castellano-, y el padre concertó con el colegio que así fuera. La sorpresa llegó cuando Eduardo vio que no había libros en castellano cuyos contenidos se correspondieran con los de sus compañeros. «Y así resulta imposible seguir una clase», afirma.
Ante la situación, Eduardo acudió al Síndic de Greuges para denunciar su caso y buscar ayuda. En su carta, enviada en junio de 2008, el padre se quejaba de que «los libros de texto de las asignaturas de matemáticas, conocimiento del medio y destrezas básicas, que deberían ser impartidas 'con atención personalizada en castellano', sólo tienen versiones en catalán, o bien las versiones en castellano son completamente distintas, por lo que resulta imposible que mi hijo pueda seguir la clase con un libro en castellano».
Argumentaba, también, que «al inicio de curso, tras un mes de consultas a diferentes editoriales», se vio obligado «a comprar los libros en catalán para que al menos -su hijo- tuviera algún material que poder seguir». Añadió que «durante el curso, las fichas que ha recibido mi hijo en clase también han sido exclusivamente en catalán por el mismo motivo». Se puso en contacto con la inspectora del centro, quien dijo que el tema era «preocupante» y que lo trasladaría «a instancias superiores».
El curso fue trascurriendo, pero sin soluciones y sin respuestas del Departament d'Educació -al que también se dirigió- ni del Síndic de Greuges. En su carta al Síndic especificaba que «esta falta de material didáctico en castellano ha dificultado notablemente a los profesores el poder darle a mi hijo ese trato personalizado al que tiene derecho por ley», y critica que «de nada sirve que en teoría exista ese mínimo y ya de por sí restringido derecho a la enseñanza en lengua materna (y cooficial) sólo hasta los ocho años, si después no existen medios para poder ejercerlo». Citando la Ley de Política Lingüística, Eduardo terminaba su misiva recordando que «la Generalitat debe poner los medios para que se pueda ejercer ese derecho a la enseñanza en la lengua materna y cooficial», y solicitó que el Departament d'Educació «dé las instrucciones pertienentes a todas las editoriales» para que dispongan de versiones en castellano de sus libros de texto y material escolar infantil, primero y segundo de Primaria, «y así poder ejercer el derecho a la enseñanza en lengua castellana, cooficial en Cataluña y materna de alrededor el 50% de su población».
Pero no hubo respuesta, y en junio de 2008, ya acabado el curso, el padre recibió la lista de reservas de libros de cara al nuevo curso -segundo de Primaria- «y nuevamente los libros son en catalán», volvió a escribir al Síndic el 14 de octubre de 2008, por lo que temía una repetición del problema. Por entonces, ya había comprado los libros en catalán que el colegio le «recomendó».
En su segunda carta al Defensor hacía constar que «mi hija pequeña está cursando P-5; es decir, el año que viene hará primero de Primaria, por lo que nos encontraremos nuevamente con el mismo problema».
Finalmente, el 30 de octubre Eduardo recibió la carta del Síndic. En ella, Ribó admitía que Eduardo «siempre ha manifestado comprensión por lo que se refiere a la dificultad que comporta para el centro la individualización de la enseñanza en castellano, a la vez que ha reconocido que los profesores y la dirección ponen todos los medios».
Estos consistían, recordaba el Defensor, en que a la niña que cursaba P-4 «se le proporcionó material de la editorial SM en castellano», y en lo que se refiere al aprendizaje de lecto-escritura, «la tutora se encargó de adaptar al castellano el método propio de la escuela». En el caso del niño que cursaba primero de Primaria, «se le facilitó el texto de religión de la editorial SM en castellano y respecto de los textos de Medio Natural y Matemáticas de la editorial Cruïlla (en catalán) la maestra realizaba un resumen en castellano y recibía una hora de apoyo semanal en el aula».
El Síndic recordó, también, que «ustedes, como progenitores, optaron por adquirir los libros en catalán dado que los libros de las materias antes citadas de la editorial SM y que están en castellano tenían un contenido diferente del de la línea catalana (editorial Cruïlla)»; y que «para el curso actual, Educación expone que la escuela ha reforzado las horas de apoyo».
La inspección del centro admite que «el tema es preocupante»
Cuando Eduardo L. comenzó a ponerse en contacto con el Síndic de Greuges y el Departament d'Educació de la Generalitat para pedir ayuda para solucionar el problema que sufría su hijo, también contactó con la inspectora del colegio, perteneciente a la red de centros de la Generalitat. La profesional le remitió un escrito en el que hacía constar que «el tema que exponen es preocupante; ya me lo había comentado el director de primaria de la escuela».
En vista a su respuesta, en la segunda carta que el padre remitió al Defensor del Pueblo catalán, tras conocer el archivo de su intervención sobre este caso, el padre criticaba que «a la inspectora este tema le parece preocupante y sin embargo a usted le parece normal, no le preocupa lo más mínimo y niega a los que hemos pedido la enseñanza en castellano el poder disponer de libros y material escolar en esa lengua».
Replica, además, la carta del Síndic afirmando que su hijo «no recibía ninguna hora de apoyo semanal extra»; «no se nos facilitó el libro de Religión en castellano porque lo tuvimos que comprar por nuestra cuenta fuera de Cataluña», y que «no optamos a comprar el de Medio Natural y Matemáticas en catalán», sosteniendo que «nos vimos forzados a comprarlo en catalán para que al menos nuestro hijo tuviera algo», hecho que asegura Eduardo L. ha tenido que volver a hacer este curso.

Mientras el nacionalismo pía, la ciudadanía está al acecho.

Menos lengua y más médicos.


Ibiza reparte palitos de madera para "curar" al que hable español. El Ayuntamiento de la isla se ha gastado 3.500 euros en sacarle la lengua a los vecinos en un cartel. Se trata de la última campaña de búsqueda de voluntarios lingüísticos...Del catalán, por supuesto.